Acomodaré en estos estantes siempre que quepan, cosas y asuntos de ese siempre extraordinario almacén de ramos generales que es la vida. Escondido detrás del mostrador, de uno de verdad, empecé con ojos de niño a curiosear el mundo de todos los días, con olores a yerba suelta y querosén, a cebolla y lechuga y a extrañarme de la gente que veía todos los días y que en aquel entonces se me parecían a los diversos personajes de los circos que cada tanto venían al pueblo.
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No suelo meterme en algunos temas como es éste el caso, sino solo por un impulso de mera intuición, se me ocurre que los signos son el laberinto que la humanidad a construido, para no llegar muy lejos, aunque la idea de la sociedad sea obvio muy contraria a la mía, bueno es que suelo andar con días de descreimientos absolutos, solo le doy a los símbolos o signos, un aspecto de objetos de entretenimientos, y siempre sospecho de los tiempos que insumen los entretenimientos, yo también me discurro en signos, y lo ideal sería un si y un no, todo lo demás es sospechoso. Saludos. jorge
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