lunes, 27 de agosto de 2012

Maestro Julio Castro








Julio Castro nació en 1908, en Estación la Cruz (Florida). Era el menor de once hermanos (ocho varones y tres mujeres) y concurrió a la Escuela Rural Nº 9 de Pintado. Gracias a su buena escolaridad obtuvo una beca por concurso para estudiar magisterio y se trasladó a Montevideo a cursar estudios en el entonces Instituto Normal de Varones “Joaquín R. Sánchez”. Vivió en pensiones mientras estudiaba y en el instituto conoció a Amalia Ures, con quien se casó y tuvo dos hijos, Julio y Hebe.

En 1927 obtuvo el título de maestro de primer grado y en 1933 el de maestro de segundo grado.
En 1930 fundó el diario El Nacional junto a Carlos Quijano y Arturo Ardao, que cerró al año siguiente por dificultades económicas. En marzo de 1932 ese mismo grupo y otros colaboradores crearon el semanario Acción, que en 1933 enfrentó a la dictadura de Terra. En 1935 Castro participó en los levantamientos armados dirigidos por el caudillo blanco Gral. Basilio Muñoz, y por esa causa fue detenido y mantenido preso en Rivera. En junio de 1939, nuevamente junto a Quijano y Ardao, fundó el semanario Marcha, del cual fue redactor responsable y director en el momento de su clausura por la dictadura, el 22 de noviembre de 1974. Sus compañeros de Marcha le decían “El Canario”. En sus crónicas siempre se ocupó de las condiciones de vida del hombre de campo, de quien aprendió mucho y a quien defendió siempre, fundamentalmente con sus aportes a la educación rural.
Un ejemplo de la dimensión social con que Julio Castro concebía al proceso educativo lo constituyen el proyecto de las Misiones Socio-Pedagógicas. Esa experiencia, inspirada en las Misiones Culturales mexicanas y en las Misiones Pedagógicas de la España republicana, tuvo –a instancias de Julio Castro– un neto contenido social, apuntando a un triple objetivo. En primer término, realizar labor social sobre el medio elegido, es decir, no sólo análisis teórico de la situación, sino también distribución de ropa y alimentos junto con actividades culturales; en segundo lugar, se buscó a través de las Misiones crear conciencia social en el futuro maestro, poniéndolo en contacto directo con la dura realidad de nuestro medio rural; por último, contribuir a la denuncia pública del drama rural.
Castro tuvo una fuerte convicción de que la escuela como institución podía y debía desempeñar un importante papel de cambio en la sociedad rural.
Contribuyó a formar la Federación Uruguaya del Magisterio y militó en la Asociación de la Prensa Uruguaya.
Por designación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), participó en varios proyectos educativos en Perú, Bolivia, México y Ecuador, lo que le permitió conocer de cerca la problemática general de las sociedades latinoamericanas, y en especial la educativa.
Su segunda esposa fue Zaira Gamundi, maestra también, que vivió en Quito cuando Julio estuvo en Ecuador, y en Montevideo cuando fue secuestrado por la dictadura militar, el 1º de agosto de 1977.

Datos biográficos tomados de la página: http://www.uruguayeduca.edu.uy/

Los  restos del maestro Julio Castro  fueron encontrados en el correr de este año 2012, en excavaciones llevadas adelante por un equipo de antropólogos en predios de una Unidad Militar.

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