| La Voz de la Villa. Director don Omar Odriozola. Paso de los Toros. c 1948 | 
“Tanto va la creencia a la vida, a lo que la vida tiene de más precario,
la vida real quiero decir, que al fin esa creencia se pierde.” 
André Breton.  Manifiesto del Surrealismo.
“No podía caminar y traté de correr…” 
 Mother. John Lennon
A título de reflexión 
                    Es asunto
bueno a mi paz mantener ,con  imaginados  imaginarios   lectores,  una 
breve charlita previa.
Comienzo-comienza-
  un
  ingenuo
propósito  que intenta y no oculta ,
exponer  recuerdos. Vendrán éstos desde hondas
y cada día, un día más frágiles y vulnerables capas de nostalgias que se
reproducen infinitas, como espejos y desde tal sospechoso  fundamento,  construir un relato  que conduzca en principio y sobre todo  - con comodidad para mí siempre pronto, tonto
y cobarde pudor-  al  rescate de peripecias simples, que ocurrieron
o  se imaginaron. O como  prefiero la más de las veces en mis cotidianas
soledades asistidas, creerlos soñados,  disfrutarlos como tales y gozarlos en  la expropiación de  leve sonrisa que provocan para  pegarla anónima en los recovecos heridos de mi
 biografía adulta. Historia-historieta,
abundante en incertidumbres, cercada por condiciones, determinada por circunstancias
hechas de esa rara mezcla incomprensible e infinita en consecuencias y
resultados, de ser y  circunstancias   en esas
etapas de la vida, inmedibles e incomparables, para el biografiado, de total
ajenidad , y  que tienen a la mirada
viajera a aquellos tiempos,  como riqueza
incuestionable   ,  la simplicidad
imperturbable e  ingenua de la niñez, para
el caso, la mía. 
               Bordadas
por tanto tales mínimas cosas con los hilos leves y frágiles  de los sentimientos, es fácil reconocer sus
debilidades y desfallecimientos, cosa  que
no intento ignorar  y  las traslado tal como las reconozco , tal como
las recibo en el umbral de paso a  mi
intimidad  y  en la pena o en el gozo, así como  las  siento , permeadas absolutamente por el
tiempo, sesgadas y    sobreexpuestas
casi que dolosamente desde suspiros sanadores , siempre sospechoso  proceso catártico, idealización desde lo cual,
lo simple y cotidiano, lo real y lo imaginario, los deseos y los sueños,  se deforman y se  transforman , se construyen y dispersan, se
reconstruyen, adquieren nuevos textos y discursos,conformamos nuestras
frustraciones humanas en edificios hágalo usted mismo,  hasta que llegada la paz, quedan al juicio ,
suspirando desde  la fatiga final :  los quehaceres , las venturas y desventuras de
 aquel bello y dulce tiempo.  
Como tanto esfuerzo humano  surgido
en  aires 
de    sueños y  librados sin más,  al  escenario
siempre áspero de la realidad  que los
humanos  diseñamos desde la mezquindad y
construimos desde los egoísmos    éstas
mis pequeñas cosas rodeadas y llenas  de
perros,  escasas de  grandiosidad  no   garantizan a  potenciales  lectores   encontrar
en ellas grandes  relatos  de grandes acontecimientos, porque no los hubo
en mi vida chica ni tampoco en mi vida grande, menos aún en ésta última, me
tienta explicitar, desde que la vida adulta convierte la cotidianeidad en un
planteo de opciones de por sí limitados, de por sí, establecidos e instituidos .Tampoco
encontraremos  emociones conmovedoras que
nos lleven a las lágrimas, porque bien sabemos, que  los asuntos de los niños, aparecen a los ojos
adultos reducidos a la indiferencia de  menores asuntos,  la mayor de las veces sin ninguna  importancia  al mundo 
 donde suceden y se  producen los acontecimientos   que construyen esas muchas veces
incomprensibles   cosas que la gente grande  celebra como éxito o llora como fracaso.
Espero sin embargo  trasmitir algo
de la tranquila dicha que experimento, al mirar atrás y desplegar  en mis recuerdos estas simples  peripecias  .
También buscaré  encontrar   el buen
camino  y  sostener la capacidad de recorrerlo   sin oscurecer
aquellos buenos tiempos de mis perros amigos con sombras  supervinientes luego,  en los desconciertos  y pesares  de ir haciéndose    adulto  e
impedir    se
entrometan con  la candidez   de aquellos los tiempos de niños,  donde hasta  los   dolores, propios y ajenos,  parecen viajar en nubes fantásticas  que no evitan lo indeseable de su visita,   pero   al retirarse no dejan detrás de sí,  huellas intransitables. 
         Téngase así  mismo en  cuenta, y descuento  generosidad al entendimiento,  que  el
empeño implica y sería tema fácil a una mínima  deconstrucción,  sacudir, mostrar, exponer,  viejos 
polvos y antiguas telarañas,  episodios
y asuntos muy ligados a  historias , los pienso
en tiempos de historietas, de aquellas que llenaban mi mente de piratas y
doncellas, de magos y de reyes, de buenos y malos. 
          Es
decir, no  es asunto aquí  arqueologizar mi vida simple  y sus pequeñas vicisitudes en busca de
exóticos y valiosos testimonios,  por el
contrario cuidaré  al hurgar, el riesgo ,
que es grande, que al  mover mis viejas
cosas, al  airearlas  en su viejo y cómodo lugar, corran peligro
cierto  de adquirir nuevas
significaciones.También,
bien que sé,  corren seguro  riesgo de romperse en muchos pedazos y
dispersarse. 
          He querido mirarlas y verlas,   desde
donde siento que se ubican sin esfuerzo y  con naturalidad, en aquellas mínimas  historias de los perros compañeros  que por esos entonces corretearon  a mi alrededor construyendo casi siempre
juntos, cada cual en su mundo y necesidades, las vivencias cotidianas del día a
día . A mi y a mi pequeño gran mundo de tales tiempos complejos, sustento y
alimento de mi alma de niño solitario en un mundo fantástico siempre poblado de
historietas.
        En los  hechos,  ellos han estado junto a mi casi  tanto tiempo emocional  como los seres humanos que a uno u otro
título, a uno u otro rol,    acompañaron  la siempre azarosa construcción de  la  peripecia de vida, pero es bueno y de
honestidad también  decirlo, creo que  estuvieron 
mucho más tiempo próximos  a la
sensibilidad y necesidades del alma fantasiosa de un   niño
que  gustaba de mirar el cielo nocturno e
imaginar mundos y aventuras en cada una de aquellas estrellas que colgadas en
el cielo guiñaban sin descanso. 
        Asuntos exentos de cualquier
complejidad,  fácil de entender,  pero 
ajenas, distantes y de seguro que absolutamente ininteligibles al mundo
de los adultos, escenario que hoy ya  viejo  conocido, entiendo en su incapacidad de  interpretar y menos comprender  la fortaleza natural del  vínculo, las raíces profundas  de la relación armónica y
desestructurada   entre aquellos perros callejeros , vistos
desde las alturas soberbias de la mirada humana , escasos en buenos modales de   domesticación ,  lejos del comportamiento exigible a  todo bien educado mascota canino con
pretensiones de hacer carrera como tal, rebeldes a las reglas humanas por
inadvertidas,  quizás o sin quizás sucios
y malolientes, sin duda alguna  que ciertamente
inútiles a la  severa mirada  positivista  de los mayores de la época, es decir,
rotundamente feos y desprolijos,   y las
variables que contruían  la realidad en  el mundo niño, había un espacio, que no por  maravilloso , era  visible a todos. Desde ese espacio invisible
pero real, es  desde donde se edificaba
toda una  relación fraterna, solidaria y
comprometida. Cosas y privilegios de niños de pocas cosas.
       También doy cuenta aquí, que seguro estoy que jamás tuvieron presente ni manifiesto, nada de lo que pretendo contarles. A su manera, es decir cual perros, es decir seres de la naturaleza, es decir libres, fueron felices en su libertad . Esa felicidad es la que enriquecen los recuerdos y es compartir esa modesta riqueza la única pretensión de estas líneas.
Por cierto que tiene este texto un destinatario con privilegio, que quizás algún día leerán: ellos son los hijos de mis hijos, mis nietos.
(por orden de aparición en ese vasto escenario
shaspekereano que es la vida) 
a ellos humildemente con amor :
Mauro, Juan Cruz, Emilia, Manuela , Benicio y Chavela, hijos de mis buenos
hijos Sherbourne, Terey y Yael 
¿Otros…? 
             Si..., por supuesto, especialmente mi compañera Noemia, amiga , cónyugue,
socia todo terreno  de tanta cosa de
distinto color y matiz,  y  también,  a todos los perros que andan por ahí
acompañando a los solos, a los tristes por lo que sea  ,  a los
marginados de lo que fuere y a los tantos excluidos de todo un poco. j.n.viana.  Montevideo. Noviembre 24 de 2014
¿Continuará...? 
Trataré . Convocaré el esfuerzo en salir de perezas conquistadas, de lo cómodo  de mirar el camino  y que ya no canse, ni duela, ni genere incertidumbres, indolencia que solamente deja correr el tiempo en aquellas mis viejas y simples alegrías de niño.   
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias. Los comentarios son bienvenidos y enriquecedores
No olvides visitar mi otro blog