Amigo...
Para Noemia, que a las perras
cenizas aportó lágrimas,
por él y por nosotros y una
hermosa flor de hibisco,
Simplemente linda, como su
alma.
Amigo ...
pensaba recordar nuestra relación
más adelante...
y entonces sí
mostrarme triste.
Pensaba que no era tiempo aún
para volver a ver tus ojos buenos,
Pensaba que los años que compartimos juntos
capaz se desvanecían,
sin demasiada gloria ni mucha pena,
en el olvido.
Pensé....al fin
capaz que todo se olvida.
Me equivoqué.
Me equivoqué.
Verte viajar en la corriente,
graciosa flor de hibisco
que te regalaron escondida...
yéndote abajo
por las aguas mansas del río nuestro,
me hizo darme cuenta... que la pena,
la pena sin apellido
la sola pena de tu muerte perra
hecha ahora cenizas grises
hundiéndose tristes
en las aguas de nuestras risas y alegrías
hizo el milagro...
abrir nuevos espacios
en mis duros encierros reservados
y tranquilamente...
ponerme a recordar,
tus buenos ojos dulces ,
y en dolorosa paz, ahora sí....
sabiendo que entre nosotros
no quedaron cuentas
ponerme a llorar tranquilamente.
j.n.viana.
En Montevideo luego de haber regresado de cumplir con mi alma,
en un triste último lunes de febrero,
dando sus cenizas al querido río, en ese remanso que nadamos, en el
Surubí del Paso de los Toros.
Marzo 1° de 2005.
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