Pa´la Noe.
Porque se lo leí y le gustó. Y por otras etcs.
Cuando llamó
, pensé que no había razón alguna de vernos, que las cosas estaban suficientemente
ajustadas en nuestras vidas, que en común, ya
nada tenían. Pero el hombre es un animal
siempre corriendo detrás de su curiosidad, necesita llenar los huecos de
lo que no comprende totalmente, busca incesantemente desde sus incertidumbres
colorear de alguna manera las formas borrosas, apenas delineadas, incompletas, asuntos que van quedando en las orillas de la
vida y confunden. Resaca marina que llega a la
playa y la siembra de restos
de historias que jamás se contarán.
El pasado no tiene remedio. No deja espacios donde administrar culpas. Pero la muerte es un
desorden que conmueve la vida de los
vivos, y aquella en especial, hecha de absurda violencia, quedó insepulta,
velando odio , odios inmortales .
No llovía
aún cuando llegó. Me extrañó no ver su mano al extender yo la mía. Si que sentí
en cambio el frío puñal hundiéndose en
mi cuerpo sorprendido, indefenso. Ahora todo sigue igual que antes pero llueve
mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia, como
toda la vida pero ahora, esta vez allí
estoy, allí quedé, cara al cielo,
en paz de cosas viejas ,
mojándome. Las gotas que desde mi nueva perspectiva veo caer oblicuas,
forman extrañas figuras al golpear el
suelo aún reseco ; otras resbalan perezosas
por mi cara aún llena de sorpresa.
j.n.viana.Montevideo.agosto
24 de 2015
No hablo de resacas,hablo de los tesoros en las redes de Tagore que un día me descubriste.Este precioso cuento es tan tu mismo que te reconozco en cada una de sus palabras,y allá van a tu orilla estas mías.
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